La Cámara del Tabaco cuestiona la venta de vapers: "Están prohibidos, pero los venden igual"

"Ya hay más de 1.400.000 usuarios de estos dispositivos prohibidos en Argentina", advirtió Lucio Paz Posse, titular de la Cámara del Tabaco.

08/07/2025Lucas GonzaloLucas Gonzalo

En una entrevista reciente, el secretario de la Cámara del Tabaco, Lucio Paz Posse, encendió la alerta sobre un fenómeno que se expande sin control en Argentina: la proliferación de vapeadores y dispositivos de tabaco calentado. Estos productos, aunque prohibidos en el país desde hace más de diez años, se comercializan libremente en kioscos y locales de todo el territorio nacional.

"Ya hay más de 1.400.000 usuarios de estos dispositivos prohibidos en Argentina", advirtió Paz Posse, subrayando la ausencia de controles estatales tanto en materia sanitaria como fiscal y aduanera.

Según el dirigente, mientras la industria tabacalera tradicional cumple rigurosas normativas fiscales, laborales y de salud, el mercado de los dispositivos electrónicos opera en la ilegalidad, lo que genera una competencia desleal y un perjuicio económico tanto para el sector como para el Estado.

"Están prohibidos, pero los vendés en cualquier kiosco", expresó, haciendo énfasis en la contradicción entre la normativa vigente y la realidad en la calle. Aunque la ANMAT prohíbe desde hace más de una década estos dispositivos, su presencia en puntos de venta es habitual. "Vos podés ir a cualquier kiosco y vas a encontrar un vapeador, un dispositivo que está prohibido. No hay controles efectivos", aseguró Paz Posse durante su participación en el programa Sillón Rojo, conducido por Andrea Lazarte.

El secretario también advirtió sobre la falta de supervisión en cuanto a los componentes de estos productos, y denunció que muchos ingresan al país sin ningún tipo de control. "Tenemos fronteras que son un colador. Estos productos llegan de cualquier parte del mundo sin control ni trazabilidad", afirmó.

En términos económicos, Paz Posse señaló una de las mayores desigualdades: mientras los cigarrillos tradicionales están gravados con una carga impositiva que puede alcanzar el 82%, los dispositivos electrónicos no tributan.

"Eso afecta directamente al Estado, que deja de recaudar y no puede redistribuir recursos para salud o programas sociales", explicó.

Además, recordó que el tabaco convencional contribuye al Fondo Especial del Tabaco (FET) y al Fondo de Asistencia Solidario (FAS), que financian políticas públicas sanitarias y sociales. "Los productos de tabaco calentado y los vapeadores ni siquiera aportan a esos fondos", agregó.

Desde la Cámara del Tabaco no rechazan la existencia de estos nuevos productos, pero insisten en la necesidad urgente de establecer un marco regulatorio que permita operar en condiciones justas. "Hoy no podemos competir en igualdad de condiciones porque ellos están fuera del sistema", remarcó.

Paz Posse también lamentó que el proyecto de ley presentado por el presidente Javier Milei, que contemplaba una regulación específica para estos dispositivos, fuera retirado del paquete original por razones políticas.

"Necesitamos consensos con el sector salud, la producción, la economía y los impuestos. Es fundamental que la política reaccione a tiempo", concluyó.

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