“La Reina del Cerro”: la historia poco conocida de la momia hallada en Cafayate

La historia de la llamada “Reina del Cerro” se remonta a los orígenes del mundo andino. Según relató el sacerdote Hernández Príncipe en el siglo XVII, durante el imperio inca existían jóvenes acllas, mujeres elegidas para servir al Sol y al Inca. Algunas de ellas eran entregadas como ofrendas sagradas en la ceremonia de la Capacocha, una de las festividades más importantes del Cuzco.

Entre esas jóvenes se encontraba Tanta Carhua, sacrificada en lo alto de una montaña como símbolo de pureza y devoción. "...decía la muchacha acaben ya conmigo que para fiiestas bastan las que en el Cuzco me hicieron...", escribió el religioso en 1601, dejando testimonio de la magnitud y solemnidad de aquellos rituales.

 
El hallazgo en las montañas de Cafayate
A comienzos de la década de 1920, el baquiano cafayateño Felipe Calpanchay, acompañado por el chileno Juan Fernández Salas, ascendió al cerro Chuscha, a más de 5.000 metros de altura. Buscaban “un tesoro”, pero en cambio encontraron algo mucho más valioso: el cuerpo momificado de una niña inca de unos ocho años, cuidadosamente enterrada con su ajuar y vestimenta ceremonial.

El hallazgo, sin control científico ni resguardo, fue bajado al valle y rápidamente venerado por los lugareños, quienes la bautizaron como “Reina del Cerro”. Poco después, un coleccionista adquirió la momia, iniciando así un largo recorrido de extravíos, ventas y silencios que se extendería por casi un siglo.

 Reina del Cerro, momia encontrada en el cerro Chuscha de Cafayate.

 
Un destino errante
Durante décadas, la momia fue vendida, escondida y olvidada. Pasó por Cafayate, Buenos Aires y Córdoba, y llegó a ser guardada en sótanos. En 1924, fue mencionada por primera vez en el diario La Nación, y más tarde, el profesor Amadeo Sirolli la describió con detalle, aunque nunca reveló su paradero.

No fue hasta 1991, casi setenta años después, que investigadores del Centro de Investigaciones de Alta Montaña (CIADAM) lograron identificarla en un museo privado de Buenos Aires. La confirmación marcó un hito en la arqueología del norte argentino: la momia del cerro Chuscha había sido finalmente reencontrada.

 
La vuelta a casa
En 1996, arqueólogos y andinistas salteños localizaron el sitio exacto del antiguo entierro, cerrando una historia marcada por olvidos, profanaciones y búsquedas. Con el tiempo, el cuerpo fue repatriado a Salta, donde hoy se conserva en condiciones controladas en el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM).

Su presencia permite reconstruir una parte esencial de la historia precolombina y comprender el vínculo espiritual que los pueblos andinos mantuvieron —y aún mantienen— con las montañas.

 
Qué significa hoy para Salta
El hallazgo de la momia del cerro Chuscha representa mucho más que un hecho arqueológico: simboliza la recuperación de una memoria ancestral, una conexión viva con las raíces de los pueblos del norte y una invitación a valorar la profunda riqueza cultural de estas tierras.

 
📍 Dónde verla:
Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM)
Mitre 77, Ciudad de Salta
🕐 Abierto de martes a domingo, de 11:00 a 18:30 hs.